En el renglón de casos, en los últimos días hemos tenido una seguidilla de 1,180 casos positivos, un promedio de 295 casos por día.
Por primera vez desde que inició la historia del coronavirus en Panamá, hemos tenido más de 250 casos por días en 4 días consecutivos.
Como hemos observado no han sido razones de salud las que han determinado este levantamiento de la cuarentena. Han sido razones de orden económico las que han prevalecido. Ninguna de estas variables tan esenciales influyeron en la decisión del Gobierno.
Premeditación y alevosíaLa autoridades vienen actuando con premeditación y alevosía. Ha sido tan macabra esta estrategia del gobierno y los empresarios que mandaron a los trabajadores para sus casas al confinamiento, sin un solo centavo. Solo el SUNTRACS, como sindicato, pudo negociar el pago de los días trabajados, XIII mes y vacaciones proporcionales. Además brindó una ayuda especial a los trabajadores por el COVID-19. La mayoría de los 230 mil trabajadores con contratos suspendidos a nivel nacional, incluidos los obreros de la construcción, quedaron desamparados, esperando la llamada ayuda del Gobierno. A ellos el Gobierno les adeuda los llamados bonos solidarios y hay que exigir su pago. Ni hablar de los desempleados, independientes e informales. Los que más suerte tuvieron lograron un miserable bono de 80 balboas o una bolsa de comida en 63 días de difícil cuarentena. La idea era rendir por hambre a los panameños para que aceptaran jugarse la vida ahora en esta ruleta rusa.
Desde del lunes 1 de junio todos podrán transitar libremente. Ya verán que pasará ese día. No se ha tomado en cuenta que la mayor parte de la población, es decir, entre los 20 y 59 años, la principal fuerza de trabajo del país, son los que más se contagian. En cuarentena ha sido el 77% de los infectados. El 60% de los enfermos que ocupan las camas de las salas de los hospitales están entre esas edades y el 50% de los que ocupan las unidades de cuidados intensivos. Hablamos de una población que no es sana, que no tiene acceso a una salud pública de calidad, que por sus hábitos de consumo y estilo de vida padece a temprana edad de enfermedades como diabetes, obesidad, hipertensión, enfermedades que se asocian a las muertes por coronavirus. El 25% de las muertes, en cuarentena, oscila entre estas edades.
Nuestra niñezY qué decir de nuestra niñez y adolescencia. Si bien la cifra es baja en cuarentena, otra cosa puede ocurrir cuando interactúe en escuelas sin las condiciones de bioseguridad y en deplorable estado. Panamá ocupa el cuarto lugar en desnutrición infantil. Más de 68 mil niños, según informe de la FAO sufren este flagelo. Además, es conocido el alto número de niños con problemas respiratorios.
Agregamos a esta realidad los que nos dice un reportaje publicado hoy en La Prensa donde se indica que la pandemia aumentará la mortalidad en los países, pero también de forma indirecta afectando a los niños menores de 5 años y a sus madres.
Se hace referencia a un estudio de la Universidad Johns Hopkins, que concluyó esto ante la inminente “interrupción potencial de los sistemas de salud en el mundo, así como la disminución de acceso a los alimentos de la población”.
Sigue el reportaje, la Organización Mundial de la Salud (OMS) también lo ha dicho: “las personas, los esfuerzos y los suministros médicos cambian para responder a la emergencia. Esto a menudo conduce a la negligencia de los servicios básicos de salud. A las personas con problemas de salud no relacionados con la epidemia les resulta más difícil acceder a los servicios de atención médica”.
En el caso de Panamá, se señala que “de llegarse a reducir la intervención de salud materno infantil en un 5%, las muertes adicionales por mes de niños menores de 5 años sería de 10 más, y no habrían decesos maternos”.
“Si esa interrupción del sistema de salud fuera de un 10%, al mes morirían 20 niños menores de 5 años más y una madre. Pero si fuera de un 25% habrían 60 defunciones adicionales de niños y tres madres cada mes”.
“Por año en el país se reportan poco más de 1,200 muertes de niños menores de 5 años, lo que representa unas 100 mensualmente. La mayoría ocurre en las regiones más pobres del país, como comarcas indígenas o zonas rurales de las provincias”.
El informe indica que el “Covid-19 ha provocado que las visitas a los centros médicos disminuyan debido a los confinamientos, los toques de queda, las interrupciones en los transportes, así como por el temor que siguen teniendo las comunidades a infectarse al salir a otros lugares”.
Además, resalta que “el Programa Mundial de Alimentos advirtió que la cantidad de personas que enfrentan crisis alimentarias podría duplicarse debido a la pandemia, por lo que la ‘falta de alimento’ sería una variable factible en el incremento de las defunciones de ese sector de la población vulnerable”.
Sálvese quién puedaEste es el sombrío y triste panorama que enfrentamos los panameños ante esta estrategia del “Sálvese quién pueda” que nos ha impuesto las autoridades, ante una supuesta normalidad, que de nueva no tiene nada, que es más de lo mismo, neoliberal, dictatorial, excluyente y en beneficio de los 115 ultramillonarios, el capital financiero y las grandes corporaciones, a costa de la salud y la vida de miles de panameños.
Las autoridades, apoyadas por los medios de comunicación, le ocultan la verdad al pueblo. Se ha impuesto lo que dijo Julio De La Lastra, el nefasto presidente del Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP): “De que vale una población 100% sana, con una economía en bancarrota”.
Es un atentado a la vida y a la dignidad humana que después de resistir y sacrificarse por más de 60 días en la cuarentena, el toque de queda con más de 40 mil detenidos, el cerco de hambre, la violación de los derechos humanos y las libertades democráticas en un virtual e ilegal Estado de Sitio impuestos, se le diga ahora a ese pueblo “sal a la calle a enfermarte, porque ahora tenemos camas donde podrás pasar tus últimos días” y que es responsabilidad de cada quién si se salva o si muere, esa es la campaña ahora de los medios de comunicación al servicio del poder económico..
Ese mismo pueblo que hoy por hambre, carencias y deudas impagables se ve obligado a rifarse la vida, también dará la pelea en las calles ante un escenario de terror con el aumento inevitable del desempleo y la pobreza. La primera cita es este martes 2 de junio, en la Plaza Edison, a las 10 de la mañana. Lleva tu mascarilla y cartel, tomaremos las medidas necesarias para protegernos solidariamente todos.
27 de mayo de 2020.
FRENADESO