Los distritos de Panamá, San Miguelito, Arraiján y La Chorrera han alcanzado ya más de 26 mil casos positivos de coronavirus de los 33,550 mil casos a nivel nacional. Esto representa más del 75% de todos los casos.

El tema es que estos 26 mil casos se dan en un área geográfica reducida. Una alta prevalencia en apenas 3,799 Km2 (la superficie de Panamá es de 75.517 km², o sea en el 5% de su territorio) donde se concentran más de 2 millones de panameños. Casi la mitad de la población de todo el país. Solo 70 kilómetro separan los corregimientos más distantes por carretera.

Para tener una dimensión del momento crítico que vivimos, estos distritos representan la llamada Región Metropolitana de Salud (a los que se agregan San Miguelito y La Chorrera), donde los hospitales han colapsado. Como vemos en la siguiente gráfica, al 25 de junio, los Hospitales Irma De Lourdes Tzanetatos, San Miguel Arcángel y Nicolás Solano habían llegado al 100 % de su capacidad, mientras el Complejo de la Caja de Seguro Social (CSS) y el Hospital Santo Tomás están a punto de llegar a su techo, al igual que varios hospitales privados. Hoy la situación debe ser peor. Se afirma que no hay camas.

Si comparamos los más de 26 mil casos del coronavirus en esta región con otros países, la situación es verdaderamente alarmante. A veces es complicado hacer estas comparaciones entre países porque se presentan características y condiciones muy diversos que no pueden ser ignorados, por ejemplo, el total de pruebas realizadas, los indicadores económicos y sociales, la esperanza de vida, los tipos de sistemas de salud, patologías, etc.

Pero que esta región de Panamá de menos de 4 mil km2 presente a estas alturas más casos que países con una enorme diferencia de población, es sumamente preocupante. Es más, estos cuatro distritos superan a más de 150 países del mundo en número absoluto de casos positivos. Entendemos que, al igual que aquí, cada país tienen sus propias regiones con una cifra mayor de casos que otras, pero la diferencia sigue siendo abismal, si nos confrontamos con países con mucha mayor población y extensión territorial. Veamos:

Decíamos también que una de las diferencias podría ser la cantidad de pruebas o test que se practican por país. Pero resulta que de ese listado, Dinamarca, Israel, Venezuela, Australia, Irlanda y Noruega han realizado más test que Panamá que ocupa la posición 72 a nivel mundial, es decir casi en la mitad del listado,  con casi 30 mil test por millón de habitantes. En casos positivos de coronavirus Panamá ocupa la posición 9 a nivel mundial, es decir, de mayor contagio por millón de habitantes y supera por lejos los países de la lista. En América Latina estamos en el puesto 3.

Y es que el problema de Panamá es su alta positividad, que alcanzó en el mes de junio casi el 32%.  Es decir que, de cada tres panameños a los que se le practica la prueba, uno sale positivo.

Otro aspecto es la mortalidad. A nivel mundial ocupamos el puesto 20 y sexto en América Latina.

Uno de los grandes problemas que se nos presenta es la alta densidad de población en esta región: 550 habitantes por Km2. Allí existen corregimientos altamente poblados, pobres sin la debida ayuda del Gobierno ni en pandemia ni antes, con serias limitaciones de los servicios básicos como el agua potable, con hacinamiento, a lo que se suman proyectos de habitacionales multifamiliares que concentran gran cantidad de personas. Además, otro factores son las aglomeraciones, especialmente por el transporte, metro, paradas, transporte colectivo, etc. Esto contribuye a propagar el virus y dificulta el necesario aislamiento social. Según expertos regiones con mayor organización y densidad de población son más proclives a que el virus se expanda.

En ese contexto, de densidad poblacional, colapso hospitalario, falta de ayuda gubernamental a la población, el virus parece imparable en Panamá.

Lo otro es que en esta región de la denominada zona de tránsito se desarrolla más del 75% de la actividad económica del país, por lo cual el impacto social y económico es preocupante. Establecer claramente esto permitiría desarrollar estrategias especiales para esta región para enfrenar la pandemia.

Pero hacia el interior del país, a pesar de que no se alcanzan los números de esta región, la situación comienza a impacientar porque los hospitales van alcanzando su máxima capacidad y ya hay cuatro provincias, Chiriquí, Veraguas, Colón y Bocas del Toro que superan los mil casos y Darién con más de 900 casos presenta, por su tamaño y población, la más alta prevalencia.

Estamos en un momento crítico. FRENADESO lo viene advirtiendo desde el día cero, que las cosas no se venían manejando de la mejor manera. Que no había planificación, que todo era cuento, solo improvisación. Eso queda claro con las medidas que se llevan adelante. Como, por ejemplo, el desmantelamiento del Complejo Metropolitano de la Caja de Seguro Social (CSS), el mayor hospital de especialidades del país para convertirlo en una fábrica de COVID-19. ¿Cómo quedan los pacientes afectados por otras enfermedades?

Se desperdició el gran sacrificio del pueblo en cuarentena que no recibió la ayuda esperada en cuanto a un bono mensual de 500 balboas, moratoria real y suministro de servicios básicos. No hubo trazabilidad y no se dio el apoyo debido al personal de salud, hoy agotado y muchos de ellos contagiados en medio de la crisis hospitalaria.

Por esto y más Rosario Turner y su equipo debió ser botado. Pero como sabemos no fueron estas razones las que llevaron a Cortizo a tomar esta medida, sino conflictos politiqueros a lo interno del PRD y los intereses de los negociados de su entorno íntimo.

Los integrantes del equipo Turner, hoy disuelto, que en las conferencias de prensa se dedicaban a felicitarse mutuamente, que los medios de comunicación vendieron como una especie de “Dream Team” encabezado por Xavier Sáez Llorens, vacas sagradas cuyas palabras no podían ser rebatidas, y si lo hacías te atacaban de hereje, pese a sus cotidianas inconsistencias e incongruencias, ahora hablan del colapso de los hospitales que venía advirtiendo FRENADESO y señalan la imprudencia de abrir el bloque 3 hoy. Señalan incluso que no es descabellado retrotraer los bloques 1 y 2, porque de lo contrario, como hemos dicho, los enfermos morirán fuera de los hospitales, en las calles, y los médicos deberán decidir entre quiénes viven y quiénes mueren. Qué diferencia ahora que fueron echados a un lado. Ellos que, por satisfacer los intereses del poder económico, levantaron abruptamente la cuarentena con las tristes consecuencias que hoy llenan de luto y dolor a miles de familias. La historia no olvidará.

Pero en materia de salud seguimos en el limbo y ahora quizás peor con un consejo consultivo de politiqueros del PRD de ingrata recordación, algunos con intereses en ver qué provecho económico logran de la situación. Peor con lo anunciado por Cortizo que se incorporará la empresa privada que ya sabemos que para ella los negocios están por encima de la salud del pueblo.

El país marcha sin rumbo, con un futuro no solo incierto sino tenebroso, sin planes ni objetivos concretos y dónde en una mesa laboral se imponen acuerdos traidores y lesivos a los intereses de la clase trabajadora.

Urge de la unidad y determinación de lucha de los sectores populares, la solidaridad mutua, para poder salir de esta crisis.

Quisiéramos ser portadores de buenas noticias, pero las condiciones no lo permiten. Se esperan días peores. A cuidarnos entre todos y prepararnos para las grandes batallas.

Panamá, 1 de julio de 2020.