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Papadimitriu reconoció en Bocas del Toro que "pincha" teléfonos
Piqueteo Ministerio Público, jueves 29 de julio. Gran Marcha Nacional, jueves 5 de agosto, 4:00 p.m. Saliendo de la Universidad de Panamá.







Colaboradores de FRENADESO Noticias de visita en Bocas del Toro, nos han hecho llegar el siguiente reportaje.  También presentamos un video de Jimmy Papadimitriu en El Empalme de Changuinola.  Allá amenazó a dirigentes y les reconoció que estaba pinchando teléfonos.  También ofrecemos un reportaje de Tele Sur y otro video de la heroica lucha del aguerrido pueblo bocatoreño. 

Testimonio

Los hechos ocurridos desde el 2 de julio hasta el domingo 11 del mismo mes en la Provincia de Bocas del Toro, particularmente en el Distrito de Changuinola, han dejado una serie de enseñanzas dignas de aprender para el conjunto del movimiento popular. En aras de contribuir a que la memoria histórica del pueblo panameño registre entre una de sus páginas gloriosas, lo acontecido durante estos días de resistencia popular en esta apartada región del país, es que van dirigidas estas líneas.

Relatan los compañeros como antecedentes inmediatos a los hechos, un conjunto de acciones, reuniones y movilizaciones masivas que advertían primero y denunciaban después las pretensiones del Gobierno de Martinelli, de querer modificar el Código de Trabajo, fundamentalmente en lo relacionado con el Derecho a Huelga y a la propia existencia de los sindicatos, a parte de un conjunto de medidas antipopulares como el aumento del ITBMS, del 5% al 7% (un incremento del 40%), los actos de corrupción, la penalización de la protesta social (Ley 14 o Ley carcelazo), hasta llegar a oponerse a la Ley 30 o Ley “Chorizo” la cual recoge gran parte de las medidas que se venían denunciando y otras como la no obligatoriedad del cobro de la cuota sindical por parte de las empresas, las medidas que afectan la legislación ambiental y las que dan a los policías licencia para matar.

La situación tuvo su detonante al negarse la Compañía bananera Bocas Fruit Company, a descontar la cuota sindical. Como respuesta los compañeros de SITRAIBANA, decretaron una huelga de 24 horas prorrogables, decisión que contó con el apoyo solidario de otros sindicatos de las fincas bananeras independientes, el SUNTRACS, gremios docentes y pobladores de las comunidades populares. La intransigencia de la empresa y la llegada de “mediadores intransigentes del gobierno, junto a un contingente de antimotines”, a saber Alma Cortés (Ministra de Trabajo) y de Hernán García (Secretario General), el irrespeto y el desprecio con que estos funcionarios trataron a los sindicalistas y a la población en general, no hizo más que generar mayor descontento y dio paso a que se decretara una huelga indefinida hasta que fuera derogada en su totalidad la Ley 30. Para este momento ya la acción había logrado la incorporación a la Huelga de todos los demás sectores que hasta ese momento habían brindado un apoyo solidario a la medida decidida por SITRAIBANA.

La falta de capacidad y respuesta política por parte de las autoridades a las exigencias del movimiento popular, dieron paso a una salida represiva a la crisis.

El día miércoles 7 iniciaron los ataques de las unidades antidisturbios de la Policía Nacional contra los manifestantes. La Policía, desde un primer momento, hizo uso excesivo e indiscriminado de sus escopetas de perdigones, bombas lacrimógenas, balas de goma, armas de reglamento y de guerra. Lo que no contaban era que dicha represión, lejos de disuadir a los manifestantes, quienes resistían valientemente con piedras, biombos y palos, iba enardeciendo a toda la población quienes hora a hora, día a día, fueron engrosando las filas de los insurrectos, en su mayoría miembros del Pueblo Gnäbe Bukle y otros pueblos originarios, muchos de ellos bajados de las montañas a defender a sus hermanos. Con el total control de las principales arterias de la ciudad por parte del pueblo que mantenía a raya a la policía, se iban suscitando los hechos. El día 8 de julio cae abatido el trabajado bananero de la Finca Independiente 72 COBANA, afiliado al sindicato SITRAPBI, Antonio Smith, víctima de de un escopetazo de perdigones que recibió de parte de su asesino quien se encontraba a escasos metros del punto que él defendía.  Se refiere que hubo tal saña por parte de los policías que el cuerpo de Smith fue pateado en el suelo cuando estaba agonizando. Este asesinato indignó aún más a la población que bloqueó con barricadas de diferentes materiales las entradas principales a la fincas, la carretera que va hacia la frontera y la que viene de Chiriquí, a la altura de la entrada a Almirante.

La lucha se dio a corta distancia impidiendo que las unidades de la policía pudiesen avanzar pocos metros desde sus posiciones, conteniéndolos y haciéndolos retroceder en no pocas ocasiones.

Papadimitriu llega a amenazar

La llegada y recepción del Ministro Papadimitriu, no fue la esperada por el representante del gobierno, el mismo fue recibido por más de mil manifestantes que lo abuchearon, le lanzaron piedras y lo contuvieron en el aeropuerto de Changuinola hasta la mañana del día siguiente. La tónica de los días siguientes que estuvo en Changuinola, fue similar, recibiendo constantes muestras de repudio al igual que Martinelli y su gobierno por toda la población. No obstante en su tono amenazante, y sin razonar lo que decía en un momento de las negociaciones que se desarrollaron amenazo públicamente al compañero dirigente del SUNTRACS, en el sentido de que le tenía intervenido su celular y conocía el contenido de todas las llamadas que había o le habían hecho, reconociendo de esta manera que están interviniendo o pinchando teléfonos de forma ilegal.

La estadía de este funcionario estuvo colmada de sobresaltos durante todos los días que se mantuvo en la provincia.

Otro al que le fue mal, fue al Director de la Policía Gustavo Pérez, quien luego de hablar de los “indios borrachos e ignorantes”, se apersonó a Changuinola a dirigir sus tropas, quienes para ese momento ya habían aumentado trayendo refuerzos del SENAFRON, SPI, tropas especiales, y unidades antimotines de Chiriquí, Veraguas y Panamá (1,500 aproximadamente). Refieren los compañeros, que montado en un patrulla se dispuso a atravesar un retén controlado por los manifestantes, alegando “que el estaba allí para imponer el orden”. Dando la orden de avanzar, una vez iniciado el avance el radio patrulla en que viajaba, fue flateado y recibió una lluvia de piedras, teniendo que dar la orden de retirada sin lograr su objetivo y visiblemente nervioso, en su repliegue atropellaron a un militar que junto a un contingente del SENAFRON, armados de fusiles de guerra, los seguía en el fallido avance.

La actitud de la población, en su gran mayoría, hombres, mujeres y niños de todas las edades, de todas las procedencias, fue de apoyo activo a la resistencia, en la primera línea, haciendo vigilancia en las barricadas, llevando agua, neutralizando las lacrimógenas, haciendo la olla común, atendiendo heridos, cargando piedras, alertando sobre el movimiento de la policía, en fin toda actividad que contribuyera a fortalecer la lucha que se libraba en esos días y que tenía como consigna fundamental la derogatoria de la Ley 30.

Un punto emblemático de la resistencia lo fue el puente sobre el Río Changuinola, sobre el se derramó sangre generosa, y se desarrolló un férrea batalla por su control. En el murió Virgilio Castillo, luchador comunitario,   y sólo se abrió luego de que se acordara el cese de los enfrentamientos, durante todos esos día fueron atacados por unidades terrestres y por helicópteros que lanzaban bombas, perdigones y balas.  Desde edificios, francotiradores de la policía disparaban.

Uno de los días más cruentos fue el 10 de julio.   Es el día que será recordado como el Sábado Negro. Ese día es asesinado Virgilio Castillo.  Pero también es el día que unos 300 dirigentes sindicales y populares fueron arrestados tras el Encuentro convocado por la Coordinadora de Lucha por el Respeto a la Vida y Dignidad del Pueblo y FRENADESO realizado en el Hotel Soloy, el cual fue acordonado por la policía con el propósito de continuar el arresto de importantes figuras del movimiento popular con la finalidad de ingresarlas a la Cárcel de La Joya, por órdenes de la Fiscalía Auxiliar, para que allí fueran asesinadas por matones al servicio de los organismos de seguridad del Estado.

Conocido de este hecho, el pueblo exigió a los representantes sindicales levantarse de la mesa de negociación hasta que la dirigencia en Panamá fuera liberada y cesara la persecución.

La población estaba indignada por la poca cobertura que brindaban los medios locales a lo que sucedía en Bocas del Toro, a pesar de que los reporteros de las principales cadenas televisivas poseían abundante material fílmico.

Muchos bocatoreños siguieron los hechos a través de las televisoras ticas que, en algunos casos, transmitieron en vivo y en directo.

El saldo de más de 11 días de confrontaciones fue de unos 10 muertos según autoridades indígenas y sectores del pueblo, incluyendo niños con problemas respiratorios agravados por la gran cantidad de gases lacrimógenos lanzados en zonas residenciales (el gobierno sólo reconoce 2 muertos).  Todavía hay varios desaparecidos, entre ellos una niña ngäbe de 8 años y el obrero bananero Valentín Palacios Palacios, cedula 1-705-1667, de 38 años.  La morgue en esos días se llenó de cadáveres y se denuncia que el Ministerio Público busca alterar los informes de necropsia.  Hubo más de 600 heridos, entre ellos unos 50 compañeros con heridas de perdigones en la vista por lo que quedarán ciegos total o parcialmente.  Se produjeron varios centenares de detenidos, pérdidas económicas y expedientes abiertos a más de 250 compañeros que fueron arrestados o apresados cuando acudieron a recibir atención médica.  Se realizaron arrestos y allanamientos a casas, hospitales y casa cural sin mediar orden judicial alguna.

En la actualidad muchos de los heridos por perdigones no han acudido a los centros médicos a recibir curaciones por temor a ser detenidos, toda vez que al ser atendidos son acopiados sus datos personales y en muchos casos esta información va a parar a manos del Ministerio Público que, a través de la Fiscalía Auxiliar y su agencia local en Bocas del Toro, han iniciado una cacería de los compañeros que participaron en la resistencia.  Esta situación es peligrosa, toda vez que los heridos mantienen en sus organismos grandes cantidades de plomo que es altamente venenoso.

Muchos sectores de la población desconocen el acuerdo firmado como conclusión de la huelga.  Acusan directamente a sectores de la dirigencia de CONATO (Rafael Chavarría) que junto a sectores del Gobierno, llegaron a acuerdos a espaldas del pueblo.

La visita de Martinelli que hizo a la provincia un día antes del entierro de los mártires, también fue repudiada.  Muchos de sus “regalos” fueron destruidos como demostración de indignación.  A pesar de que se filmaron estos hechos, los medios locales tampoco lo destacaron.

El funeral de los héroes y mártires de Bocas del Toro fue una masiva demostración de dolor y de compromiso de un pueblo de seguir la lucha hasta la derogación definitiva de la Ley 30.

El Gobierno se apresuró a borrar las huellas de la insurrección popular de Bocas del Toro, como si con ello podrá ocultar la acción de este valiente pueblo en defensa de los intereses de todos los panameños.

Actualmente se vive una tensa calma.  La indignación crece ante la negativa del Gobierno de derogar la ley y de seguirle un proceso amañado a los trabajadores y ciudadanos que se sacrificaron en esta histórica jornada de lucha.

En la actualidad las víctimas de la represión policial ordenada por el Gobierno de Ricardo Martinelli, no están recibiendo ni la ayuda, ni la indemnización que por esta acción represiva del Estado les corresponde. Quienes brindan este apoyo solidario son los miembros de los sindicatos bananeros, del SUNTRACS y FRENADESO Bocas del Toro, quienes se han dado a la tarea de visitar a los compañeros heridos para tratar de mitigar las secuelas de esta cruenta represión.

No obstante los hechos aquí señalados, que dicho sea de paso sólo recogen algunas de las anécdotas vividas por la población bocatoreña en aquellos aciagos días, el pueblo lejos de amilanarse se mantiene en pie de lucha, reconociendo que la legítima dirigencia no claudicó y exigiendo de forma enérgica la derogatoria de la Ley 30 del 16 de junio de 2010 (Ley Chorizo).


 

Reportaje de Tele Sur

 


 

Video que muestra uno de los helicópteros usados en la represión.

 


 

Papadimitriu en Bocas del Toro


 


 


Enviado el Jueves, 29 julio a las 09:42:52 por franckoi
 
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