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Entrevista a Genaro López
Entrevista en El Siglo. Jueves 26 de agosto, Elecciones del SUNTRACS, 4:00 p.m. Gimnasio Yuyín Luzcando, Bethania.







Suntracs ya aprobó la creación de un partido político. La ruta al poder

MAGALY ROCÍO MONTILLA
mmontilla@elsiglo.com
Un buen día de 1970, Genaro López Tenorio salió de Chitra, un pueblito ubicado en Calobré, en las montañas de Veraguas, rumbo a la ciudad. Una madrina lo acogió en su cuartito de Curundú y a los pocos días de estar en la capital, el campesino, de 16 años y con sexto grado de escolaridad, ya había conseguido trabajo de friegaplatos en el restaurante El Gran Oriente, de la bajada de Salsipuedes.

Genaro tenía cinco meses en sus nuevos oficios, cuando alguien le robó el brillo y jabón que usaba para los trastes y que él compraba de su bolsillo. Eso nunca hubiera pasado en Chitra, por lo menos en 1970. Como Genaro no quería trabajar entre rateros que no respetaban las pertenencias de sus compañeros, se fue del restaurante a ver qué otra chamba conseguía. No demoró mucho cuando el destino lo llevó a trabajar como ‘ayudante general’ en la remodelación de un edificio en Curundú, por lo cual ganaba 55 centavos la hora.

Así fue que Genaro López quedó metido en la construcción, antes de que existiera el Sindicato Único de Trabajadores de la Construcción y Similares (Suntracs), que se fundó en 1972.

Después de 40 años de que salió de Chitra a probar suerte a la capital y 20 de ser el principal líder de Suntracs, Genaro dijo: ‘No más’. Hoy se celebran elecciones para escoger la nueva cúpula del Suntracs y por primera vez en mucho tiempo Genaro no buscará la reelección al cargo de secretario general; ya endosó su apoyo a Saúl Méndez. La meta de Genaro López es otra: La Presidencia de la República.

El Siglo le preguntó a Genaro López sobre su pasado, presente y futuro. Estas fueron sus respuestas:

EL SIGLO. ¿En qué situación usted asumió en sindicato?

GENARO LÓPEZ. El 15 de febrero de 1990 asumo el sindicato que estaba prácticamente cerrado, no se hacían reuniones, no se atendían los problemas de los obreros, se acumuló una deuda de cuota del seguro social de 224 mil dólares, se debía luz, agua y teléfono y se habían reducido los salarios, lo que era cuestionado por los obreros. El sindicato estaba prácticamente en quiebra y asumimos el papel de recomponerlo.

ES . ¿Lo logró?

GL. El sindicato se fue recuperando. Presentamos un pliego a la CAPAC y tuvimos que convocar una huelga de dos días, por allá por 1991, para que aceptaran sentarse a discutir los salarios que habían sido bajados. Eso nos dio un poco de credibilidad frente los trabajadores, pero seguíamos siendo un sindicato débil.

ES. ¿Consolidó su liderazgo?

GL. Recuerdo otros acontecimientos importantes. Participamos en la gran marcha de diciembre del Sitirhe —que era el sindicato fuerte en la época— cuando acusaron a los obreros de querer dar un golpe de Estado a Endara. Posteriormente, cuando Endara modifica la ley para eliminar la segunda partida del decimotercer mes salimos a la calle con los trabajadores bananeros de Bocas del Toro, que se habían declarado en huelga, y se pudo recuperar la segunda partida.

Así se empieza a mejorar la situación del sindicato y a formar a los dirigentes sindicales. Se volvió a negociar con la CAPAC y con empresas que están fuera de este gremio. Todo eso nos fue dando credibilidad, a tal grado que hoy tenemos un sindicato, que es el único cohesionado. En estos momentos no hay contradicción en la dirigencia sindical. En 1990 no teníamos locales propios, hoy tenemos en Bocas del Toro, Santiago, Chiriquí, Aguadulce, La Chorrera, Colón y Panamá, con toda una infraestructura montada, con personal, vehículos y todo lo que necesita una oficina para funcionar y para atender los problemas de los obreros.

ES. ¿Cuántos miembros tenía Suntracs en 1990?

GL. No llegaban a cinco mil obreros registrados y ahora hay registrados más de 60 mil, porque hay una política de afiliación de los trabajadores, porque para nosotros es importante.

ES. ¿Buenos ingresos generan esos 65 mil afiliados?

GL. Definitivamente que el sindicato tiene sus recursos. Todos se preguntan cuánto tiene el sindicato, pero... lógicamente que tiene sus recursos. Pero hay que entender que no todos los trabajadores de la construcción pagan cuota sindical. Hay empresas que no tienen acuerdo con el sindicato, hay empresas que son subcontratistas a las que hay que estar correteando, aunque esto se ha mejorado porque el sindicato ha invertido para que le entren ingresos.

ES. ¿Se siente orgulloso de lo que es hoy Suntracs?

GL . Tenemos un sindicato con una Convención colectiva que es una de las mejores del país y de América.

ES. ¿Suntracs es muy cuestionado?

GL. La opinión pública que no conoce el funcionamiento del sindicato hace críticas del funcionamiento, pero eso no ha pegado entre los obreros, porque ellos saben internamente cómo el sindicato atiende sus problemas. Todos los problemas que hay en los proyectos, independientemente que haya acuerdos, los atiende Suntracs que tiene 76 funcionarios para atender los asuntos que debería atender el gobierno. Como el pago del seguro social, salud, seguridad, las inspecciones a las empresas que incumplen. Todo eso lo atiende Suntracs con la cuota sindical que pagan los trabajadores.

ES. ¿Cuál ha sido la clave de la cohesión de la que usted habla?

GL. Primero la organización y segundo la unidad de los trabajadores que han permitido al sindicato mejorar sus condiciones de trabajo. En 1972, cuando surge Suntracs, los trabajadores de la construcción eran lo peor visto. No les pagaban seguro social, no le hacían contratos, no había equipos de seguridad, los botaban cuando les daba la gana; pero ya no. Ahora los trabajadores de la construcción son los que mejores condiciones de trabajo tienen, y mejores salarios.

ES. ¿Pero la lucha de Suntracs va más allá de las condiciones de los obreros?

GL. El sindicato no solo tiene que resolver los problemas de los obreros, sino también ver políticas del gobierno que afectan a los trabajadores. Por eso nos opusimos a la privatización del IRHE y del INTEL, que iba a traer despidos de trabajadores e iba a aumentar el servicio y así ha sido. Nos opusimos a las reformas al Código de Trabajo en 1995, porque le iban a quitar derechos a los trabajadores. Eso costó 12 días de huelga y cuatro muertos. En el 95 tuvimos un mes de huelga, pues querían que pagáramos 300 cuotas con las que no se jubilaría nadie. Por eso los políticos de gobierno nos ven como sus enemigos, pero resulta que cuando están en oposición quieren hacer alianza con el sindicato.

ES. Mucho se ha dicho que los trabajadores pretenden formar un partido político. ¿Esto es verdad?

GL. Es lo que se está planteando porque hay que dar la posibilidad de un verdadero cambio. Es un tema que está en discusión en Frenadeso, del cual somos parte. La formación de un partido político para en el 2014 darle esa oportunidad a los trabajadores.

ES. ¿Usted apoyaría a ese partido?

GL. Sí, nosotros estamos dentro de ese proyecto. Suntracs ya aprobó la creación de un partido político.

ES. ¿Tendría usted aspiraciones presidenciales?

GL. Las agrupaciones tienen que discutir cuál será el candidato potable, pero si en una discusión se aprueba que yo podría ser, yo tendría que aceptar ese compromiso porque uno se debe a las organizaciones.

ES. ¿Estas aspiraciones tienen que ver con no repetir en la candidatura a secretario general?

GL. Mire, yo tengo 10 periodos de ser secretario general. Desde hace tres periodos he estado planteando que hay que poner a otra persona y mi candidato siempre ha sido Saúl [Méndez], que es uno de los mejores dirigentes que tiene el país, tiene aceptación dentro de los trabajadores. La gente lo veía con algo de temor por su posición, por su juventud, pero ya el compañero tiene la edad suficiente, 40 años, es decir, cinco más de los que yo tenía cuando asumí la responsabilidad del sindicato.

ES. ¿Hay quienes lo ven a usted más conciliador y a Saúl más beligerante. Esa es la figura que requiere Suntracs en este periodo?

GL. El compañero sabe cuál es la condición que tiene que darle al sindicato, que tiene sus estructuras que discuten sus problemas. La política no va a cambiar. Le he dicho que hay que cambiar la forma. Por ejemplo, él discute con un funcionario y le dice ‘tú eres un mentiroso’. Se lo dice así bien duro, que es cierto, son unos mentirosos. Pero yo le digo ‘usted está mintiendo’. El método es distinto y hay que irlo cambiando. Ese es su método, que es original, es su imagen, pero se tiene posición dura cuando hay que tenerla. Saúl está con nosotros desde hace 17 años y se ha mantenido en la junta directiva. No va a tener problemas. Tiene la aceptación de los trabajadores y tiene el conocimiento.


Enviado el Viernes, 27 agosto a las 10:30:49 por franckoi
 
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