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Recordando a Torrijos desde el dolor de las víctimas de la dictadura militar
En este momento de loas a Torrijos en el aniversario de su muerte por parte del PRD y de otras formaciones políticas supuestamente de izquierda, es oportuno el siguiente comunicado de COFADEPA-HG.







En este momento de loas a Torrijos en el aniversario de su muerte por parte de los viejos torrijistas del PRD y de otras formaciones políticas supuestamente de izquierda, es oportuno el siguiente comunicado del Comité de Familiares de Desaparecidos de Panamá "Héctor Gallego" (COFADEPA-HG). 

El próximo 31 de julio se cumplen 30 años de la muerte de Omar Torrijos Herrera. Sus amistades y allegados militares, políticos y herederos del partido que creara para supuestamente pasar democratizar su férrea dictadura, levantarán sus voces llenas de elogios, como cada año, para ponderar las virtudes y bondades de este hombre que definitivamente es parte de la historia panameña por el papel que cumplió en la dictadura militar que ejerció, junto con su camarilla castrense, desde el nefasto 11 de octubre de 1968, día del Golpe Militar en el país, hasta su muerte.

¿Cuáles fueron sus logros y ejecuciones? Rompimiento del orden constitucional, persecución contra quienes adversaron el golpe militar, detenciones arbitrarias, cárceles de muerte y tortura, asesinatos y desapariciones forzadas, además del régimen de terror que implantó en el país, la violación de los derechos humanos, de la libertad de expresión e información, de la justicia, de la verdad, y luego la cooptación de la dirigencia y las organizaciones populares y el paternalismo dependiente que generó en amplios sectores empobrecidos del campo, indígenas y campesinos, con el propósito de tener asegurada la complacencia y el asentimiento social a su gestión dictatorial y hacer olvidar la manera trágica y gravemente autoritaria como se hizo del poder.

Se puede pretender echar un manto de olvido sobre la historia e, incluso, tergiversarla, pero los hechos y sus consecuencias nunca se podrán negar. Los gobiernos posteriores a su dictadura se han ocupado de mantener en el silencio y olvido el pasado, haciéndose cómplice de la arbitrariedad y criminalidad que imperó en esos más de 21 años y que terminaron trágicamente con la figura de Manuel Antonio Noriega y la invasión militar de Estados Unidos a Panamá.

Ciertamente los familiares de los asesinados y desaparecidos de esa época recordamos a Omar Torrijos Herrera pero desde la conciencia y el dolor de la tragedia que sufrimos. Contradictoriamente a OTH se le mantiene viva su memoria en el partido en donde delegó su herencia política dictatorial, se alaba su supuesto ideario político en diferentes instituciones, se coloca su nombre sobre infinidad de lugares e instituciones públicas y la sociedad panameña guarda un silencio consentidor a su figura, mientras que a las víctimas se les mantiene muertas y desaparecidas en el silencio, en la ocultación de la verdad, en la denegación de la justicia y en el desconocimiento de las responsabilidades morales y económicas de sus familiares, que es como seguir matando muchas veces a las mismas personas a las que se le violaron todos su derechos.

Hay que recordar que de las 116 víctimas asesinadas y desaparecidas registradas por la Comisión de la Verdad, hasta su fecha de conclusión, y dadas a conocer en su Informe en abril de 2002, la gran mayoría ocurrieron durante los primeros años del ejercicio del poder dictatorial de Omar Torrijos Herrera. Los datos son innegables y no se prestan a interpretaciones ni tergiversaciones.

Obviamente, la gran obra por la que se engrandece el nombre de Torrijos padre son los Tratados Torrijos-Carter, que llevó a la recuperación del Canal y la finalización de la presencia militar de Estados Unidos con sus bases en Panamá por casi un siglo –lucha histórica, sacrificial y victoriosa de generaciones estudiantiles y populares- pero jamás se tiene en cuenta el hecho de que, junto con el mencionado Tratado también se firmó el nefasto Tratado de la Neutralidad, ignorado por la ciudadanía y hábilmente ocultado por los interesados torrijistas, que puso a Panamá, de por vida, bajo “el paraguas del Pentágono”, como bien lo reconociera el propio Torrijos Herrera. Panamá sigue indefinidamente bajo la dominación del Imperio norteamericano, pero ahora de manera más sutil y contundente que cuando se inició esta historia de entrega y traición al país con el conocido y repudiable Tratado Hay-Buneau Varilla de 1903. Es sabido pero nunca divulgado el hecho de que fue este Tratado de Neutralidad del que se sirvió Bush padre para decidir, justificar y autorizar –como si necesitara de estas sutilezas- la cruenta invasión militar de Estados Unidos a Panamá el 20 de diciembre de 1989, otra etapa trágica del que se insiste en mantener en la desmemoria del pueblo.

Es a esta figura, que aparece en la lista de los servidores pagados de la CIA, como igualmente lo fuera Manuel Antonio Noriega, a quien se le pone de ejemplo a las nuevas generaciones panameñas, incluyendo a la niñez, cuando su nombre es colocado al frente de corregimientos, calles, avenidas, estadios, hospitales infantiles, bibliotecas, cooperativas, parques recreativos y tantas otras instituciones públicas, queriendo sostener un ídolo con pies de barro, mientras a las víctimas de su gobierno dictatorial se les mantiene en el olvido, sin mención, sin justicia, sin monumentos recordatorios y a sus familiares sin reparación moral ni económica cuando por la acción de la Dictadura quedaron sus mujeres e hijos en el dolor, en la soledad, en la indefensión económica y mucho más sumidos en la pobreza. Definitivamente, la memoria “feliz” de Omar Torrijos Herrera es una ofensa a las víctimas que sufrieron atropellos y violación a los derechos humanos en ese período de la historia y es una burla a sus familiares.

Desenmascarar la tragedia de la dictadura militar de Omar Torrijos Herrera y de sus compadres castrenses que se han erigido en figuras morales, políticas, diplomáticas y emprendedoras de negocios, ubicar este período en toda su magnitud y gravedad en los textos escolares para mantener viva la memoria de este oscuro y ocultado período de nuestra historia panameña con todas sus consecuencias, erradicar totalmente el nombre del Dictador de todas las instituciones y lugares públicos, y relevar el nombre de quienes fueron perseguidos, torturados, asesinados y desaparecidos por rechazar el Golpe Milita y exigir el restablecimiento del orden constitucional, son las exigencias de los familiares de las víctimas y de quienes tienen en alto y comparten la lucha por la libertad, la justicia social, la soberanía y la democracia en el país.

Comité de Familiares de Desaparecidos de Panamá Héctor Gallego, COFADEPA-HG.

Por la Verdad y la Justicia… No a la Impunidad”

Panamá, 29 de julio de 2011.

 

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Enviado el Martes, 02 agosto a las 13:10:25 por franckoi
 
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