Frenadeso Noticias 06 de Mayo 2012
Fecha Lunes, 07 mayo a las 10:54:19
Tema Frenadeso Nacionales


¿Crecimiento Económico, en manos de quién?

 

 

 

 

 

 





¿Por qué el crecimiento económico panameño, ahora y antes, no ha generado mayor equidad? Entre varias explicaciones, hay dos de gran peso: el modelo de crecimiento y la gestión de gobierno.

El gobierno anunció que la economía panameña crecerá un 10% en el 2012. Los panameños se cuestiona en manos de quién va a parar el mismo, pues las condiciones de vida de las mayorías son cada vez más paupérrimas.

Panamá está considerado dentro los países más desiguales del mundo. La desigualdad distributiva se manifiesta en: la distribución del ingreso entre remuneraciones y ganancias (excedente de explotación), la desigualdad del ingreso personal y la desigualdad del ingreso territorial.

La distribución funcional entre trabajadores y capitalistas ha tenido una evolución favorable al capital, en las últimas décadas se confirma y consolida esta tendencia. Es decir, quienes producimos las riquezas de la nación, cada vez recibimos menos de ella.

Por otro lado, la desigualdad y la pobreza deben tender a reducirse en la medida que el empleo se incrementa de manera general y acelerada. Este no ha sido el caso de Panamá, el mercado laboral refleja que más de 100 mil personas que desean laborar jornada completa no encuentran cabida; casi 25 mil personas que buscan empleo están desalentadas; el 47% de la PEA ocupada está en informalidad; solo la mitad de la PEA está plenamente ocupada; apenas el 30% de los contratos de trabajo es por tiempo indefinido; mientras la mediana salarial está en el orden de los B/.465:00 mensuales, el costo de la canasta básica ampliada ronda los B/.980.00 mensuales. Estos datos nos indican que la desigualdad se vive en el propio mercado de trabajo.

¿Por qué el crecimiento económico panameño, ahora y antes, no ha generado mayor equidad? Entre varias explicaciones, hay dos de gran peso: el modelo de crecimiento y la gestión de gobierno.

En cuanto al modelo de crecimiento económico, en el país desde finales del siglo pasado se viene gestando el neoliberalismo, sustentado en la concentración de la riqueza y la exclusión social. Un modelo que pregona la máxima ganancia, requiere de mayor explotación de la fuerza de trabajo y de los recursos naturales. Un modelo que se ha sustentado en la retórica del libre mercado, que encarece los precios; pues, predominan en el sistema relaciones oligopólicas y monopólicas; en la privatización del sector público que niega la atención por parte del Estado de necesidades fundamentales (educación y salud), y que entrega a las corporaciones multinacionales nuestras principales empresas (energía, electrificación y puertos).

Por el otro lado, una gestión administrativa que se sustenta en el Estado como fórmula de gestar negocios personales de los gobernantes y allegados, lo que genera corrupción. Ello ha sido evidente y creciente, durante los llamados ‘gobiernos democráticos’ (Endara, Pérez Balladares, Moscoso, Martín y Martinelli), sin negar toda la trayectoria de sus antecesores, incluyendo el régimen militar.

En el caso del actual gobierno, han sobresalido denuncias de grandes escándalos de corrupción y uso politiquero de los fondos públicos. En el escenario en estos momentos el caso de la conexión Lavitola-Martinelli, que ha permitido poner al descubierto lo que en Panamá era un secreto a voces: el mundo de los negociados, de las licitaciones amañadas, de las compras directas, de los sobrecostos, las coimas, los sobornos y la corrupción que existen en las altas esferas del poder entre funcionarios del gobierno y empresarios inescrupulosos, tanto nacionales como extranjeros.

Esta corrupción tiene un costo para los panameños, al punto que dado el endeudamiento público, cada panameño debe alrededor de 4000 dólares. A ello se carga a la población con más impuestos, como el 0.5% en el servicio de cable para financiar el soterramiento de cables (mientras se reducen impuestos a mineras y juegos de azar), lo cual debe ser financiado por las empresas y por los fondos públicos que hoy se destinan a la corrupción.

En medio de este escenario, el presidente, Ricardo Martinelli, tiene la intensión de convocar a sesiones extraordinarias de la Asamblea Nacional, para discutir unas reformas electorales que le garanticen sus intereses en los comicios electorales del 2014.

SECRETARIO GENERAL DE CONUSI-FRENADESO.

 

 

 








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