Los hechos bochornosos que debe avergonzarnos a los panameños dignos y dignas.  Esto es Sodoma y Gomorra.

El obsceno clientelismo electoral.  Las largas filas esperando la repartidera de pavos, jamones, bolsas navideñas y dinero, sufragada con fondos del Estado, descarado delito electoral que se realiza abiertamente con absoluta impunidad ante los ojos de la Contraloría y de la Fiscalía Electoral, antesala del gran Bebedero en que el Gobierno pretende convertir a Panamá en 2014.

La multimillonaria y perversa publicidad electoral de engaños, demagogia y mentiras.

Empresarios que buscan fraguar una alianza de “oposición” entre Varela y Navarro que tiene como base repartirse por la mitad los puestos públicos y que cada uno de los candidatos ocupe la Presidencia en el mismo período.  Y esos son los mismos que pretenden dar lecciones de moral.

Un círculo cero que es el mismo de Martinelli y Juan Carlos Navarro, los representantes de los 105 ultra millonarios que imponen presidentes para seguir usufructuando del Estado.

Un candidato oficialista que espera que su titiritero (Martinelli) le diga si su mujer u otro ungido va como su vicepresidente.

Deportistas, artistas y presentadores de televisión que, a cambio de dinero, se ofrecen al mejor postor para prestar su imagen a favor de alguna candidatura.

Y lo peor…  Que muchos ven esto como lo más normal.  Que la política es un negocio y que hay que sacarle provecho a esta danza de los millones.

Una esperanza se asoma en el horizonte que ofrece adecentar la política para adecentar el país.  Lo nuevo y diferente es el Frente Amplio por la Democracia (FAD), forjado al calor de la lucha del pueblo.

No hay alianzas con los partidos tradicionales ni de gobierno ni de la mal llamada oposición. Unidad sólo con el pueblo, porque el FAD es el pueblo mismo.

¡Genaro Presidente!

¡Vencerlos es posible!