FRENADESO Panamá
Fecha Miércoles, 08 octubre a las 06:16:05
Tema Frenadeso Nacionales


Panamá: FAD se pronuncia al cumplirse 100 días del Gobierno de Varela Hermanos

 

 

 



Este viernes 10 de octubre, 6:00 p.m., por Hosanna Visión, Canal 93, Crónica de 2 Muertes Anunciadas. Conozca el caso Juana Peña y porqué el SUNTRACS está en las calles.

 

LOS 100 DIAS DE GOBIERNO DE VARELA Y DEL PACTO DE GOBERNABILIDAD

Han bastado 100 días para demostrar que la crisis y la descomposición de las instituciones del Estado que viene arrastrando Panamá desde hace varios años y que ahora se profundizan no se resolvían con un simple cambio de mando en el Gobierno.

Además de ello, advertíamos en la campaña electoral que, entre los tres candidatos, representantes de los intereses de los 105 ultramillonarios, no había diferencias fundamentales y que ellos representaban más de lo mismo.

La única propuesta diferente era la del Frente Amplio por la Democracia (FAD), pero los intereses creados, el establishment y los grandes medios de comunicación, calculadamente, la ocultaron a la opinión pública, no hubo debate real, y con los recursos de la manipulación mediática, el engaño y la siembra de falsas ilusiones, volvieron a convertir las elecciones en un carnaval llevando al pueblo a ser otra vez la tuna de Calle Abajo, Calle Arriba y del Centro, descubriéndose después el monumental fraude que se dio a lo largo y ancho del país con cientos de millones de balboas de fondos del Estado, particularmente del Programa de Ayuda Nacional (PAN), que significó el intercambio de dinero, bolsas de comida, línea blanca, muebles, equipos electrónicos, materiales de construcción, becas, licor, droga, carros y casas a cambio de votos.

Hoy enfrentamos de manera cruda la descomposición a la que han llegado las instituciones del Estado. Las nuevas evidencias de corrupción, coimas y aberraciones jurídicas de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ); la acefalía en que se mantiene la Asamblea Nacional de Diputados, que todavía legisla sin una quinta parte de las curules por la lluvia de impugnaciones que se han presentado, dadas las prácticas fraudulentas en que incurrieron los diputados del Gobierno (que, en verdad, fueron las mismas que emplearon, casi en su totalidad, el resto de los diputados reconocidos por el Tribunal Electoral); la actitud totalmente parcializada de ese organismo que ha ido actuando en clara sintonía con el llamado «Pacto de Gobernabilidad», hoy en crisis al descubrirse que el Ejecutivo promueve el transfuguismo y la compra de votos ante elementos proclives a ello del PRD y Cambio Democrático, tal cual hizo Martinelli y Gobiernos anteriores, para lograr que sus ungidos ocupen los cargos de contralor, procurador general de la nación y procurador de la administración.

Los grandes financiadores de la campaña inciden en los nombramientos de los altos cargos y en la toma de decisiones. Pasan factura al Ejecutivo para recuperar con creces su inversión. Esto, acompañado del evidente nepotismo, le da el carácter elitista al nuevo Gobierno.

Estos grupos de poder económico y los grandes medios de comunicación quieren que el pueblo crea que expulsando a un magistrado, o impidiendo a uno que otro diputado oficialista llegar a la Asamblea, o juzgando a algún chivo expiatorio, se resolverá la crisis que afronta la sociedad.

Nada mas alejado de la realidad. La podredumbre moral que carcome las instituciones del Estado es irreversible, ya no hay salvación dentro del marco jurídico actual. El Estado se descompone aceleradamente, pero sobrevive porque todavía el pueblo no logra hacerse con una fuerza alternativa que pueda derrumbarlo en su totalidad.

La clase dominante está clara de esta situación, ya no le sirve esta maltrecha institucionalidad, y por eso busca maquillar la crisis, ensayando fórmulas que le permitan preservar el sistema de opresión, y entre esas una, llamada Constituyente Paralela, para hacerse de una nueva Constitución política que les sirva a los integrantes de la partidocracia para recomponerse, conciliarse, redistribuirse cuotas de poder y acomodar el Estado a los requerimientos de las políticas neoliberales.

Pasadas las elecciones, el pueblo vuelve a las calles a luchar por sus necesidades, consciente de que el Gobierno sin presión no responde. Se enfrentan los problemas de siempre, falta y contaminación del agua potable, problemas de salud, seguridad social, educación, ambiente, falta de tierra y vivienda para los pobres, ausencia de apoyo al sector agropecuario y a los pequeños empresarios y productores, transporte, inseguridad, criminalidad, pandillerismo, alto costo de vida, bajos salarios, exclusión social en todas sus formas, intolerancia, impunidad, corrupción, irrespeto al derecho a la organización de diversos sectores, a los derechos humanos, a los derechos de los pueblos originarios y los afrodescendientes, de la mujer y de los jóvenes, a la libertad sindical, etc. 

Estas luchas no las contienen las políticas de subsidios del Gobierno, las cuales —en un país con una política tributaria regresiva— son sostenidas principalmente por los impuestos que pagan la clase trabajadora y las capas medias. Estos subsidios, aun cuando son necesarios en algunos casos, como los programas sociales para aliviar la situación de sectores en situación de pobreza y pobreza extrema, han sido llevados al ridículo por algunos diputados con propósitos meramente politiqueros, y algunos, en el mejor de los casos, representan apenas migajas en comparación con las grandes riquezas que sigue acumulando el reducido grupo de los ultramillonarios en una de las sociedades más desiguales del mundo.

Pero estas luchas siguen siendo dispersas. Hay que encontrar el punto de unión, para lo cual es importante advertir no caer en el compás de espera que algunos grupos con influencia en gremios y organizaciones populares pretenden dar al nuevo Gobierno, buscando mediatizar con ello las luchas del pueblo en espera de ocupar algún espacio político o lograr prebendas de los actuales dirigentes, haciendo de furgón de cola de las fuerzas enemigas de las clases populares.

Ese accionar combativo del pueblo, que no pudimos traducir en votos a favor de candidatos populares en las pasadas elecciones, es esencial transformarlo en fuerza consciente, que permita construir poder popular, variar la correlación de fuerzas existente y crear las condiciones para una Asamblea Constituyente Originaria con plenos poderes como única salida a esta podrida institucionalidad.

El Frente amplio por la Democracia (FAD) está por concluir a nivel nacional el balance y reflexión sobre la experiencia electoral para ir definiendo su futuro acerca de su reinscripción o no como partido político.

Pero, más allá de ello, esta corriente de opinión, esta fuerza alternativa, reitera su compromiso y vocación de lucha con el pueblo panameño para encontrar la vía que nos permita salir de este largo túnel y que nos conduzca a la luz de una sociedad verdaderamente justa y democrática.

Panamá, 8 de octubre de 2014.

FAD

FRENTE AMPLIO POR LA DEMOCRACIA

Frente Amplio por la Democracia FAD








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