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Fecha Domingo, 24 mayo a las 12:37:23
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Panamá: Estamos ante un crimen de lesa humanidad

Ya ha comenzado el levantamiento gradual de la cuarentena













Estamos ante un crimen de lesa humanidad

Ya ha comenzado el levantamiento gradual de la cuarentena.  El llamado bloque uno inició el 13 de mayo. El bloque dos, el Dr. Julio Sandoval, responsable de las unidades de cuidados intensivos, afirmó a los medios de comunicación que iniciaría el 26 de mayo, pero la ministra lo desmintió. Esto es parte de la cadena de incoherencias que hemos vivido desde el día 0. No hay sustento científico que demuestre que el virus se haya controlado, que hallamos llegado al pico y que la famosa curva se esté aplanando. En el mejor de los casos, como bien afirma el joven economista Elpidio González Aguilar, en entrevista brindada a FRENADESO Noticias, es que nos hemos estabilizado en una alta cifra de casos positivos y de muertes por día.

Pero el Gobierno del PRD, controlado y dirigido por el poder económico, ha decido exponer a todos los panameños a una situación rodeada de grandes riesgos e incertidumbres. Ha prevalecido en esta decisión, no la salud del pueblo sino los intereses de una clase empresarial que considera sus negocios la prioridad. El propio experto de ellos, Xavier Sáez Llorens, ha predicho que el 70% de los panameños, es decir, unos 3 millones, se contagiarán de aquí a diciembre y que la buena noticia es que solo entre el 0.2% y 0.5% morirán, es decir, entre 6 mil y 15 mil panameños (¡solamente!). También nos dice el ministro de Economía, Héctor Alexander, en su jerga neoliberal, que la otra buena noticia es que hay capacidad hospitalaria “ociosa” en estos momentos y que para cuando las cosas se pongan peor habrán camas suficientes para atender a los enfermos y para que mueran, por supuesto. Entre esas instalaciones, está el denominado hospital modular en Albrook construido con sobrecostos después de rechazar el ofrecimiento de China de donar un hospital de 1,500 camas. Ahora sabemos que este hospital, que con la primera lluvia importante se le filtró agua, fue construido con materiales desechados en Costa Rica y a más de un mes de su inauguración con bombos y platillos, aún no ha salvado una sola vida, porque no está equipado.

De estar tan conscientes las autoridades de esta realidad y aún así mandar a la calle a cientos de miles de panameños, estamos ante un grave delito, un crimen de lesa humanidad, que se va a cometer con premeditación y alevosía, por el cual los responsables tendrán que pagar tarde o temprano. De eso ya hay experiencias recientes. Recordemos que fue un Gobierno PRD responsable del envenenamiento masivo con dietilenglicol (que nunca se supo la verdadera cantidad de muertos) y la actual Ministra de Salud, Rosario Turner, era en ese momento la Directora médica de la Caja de Seguro Social. Este crimen sigue impune a pesar de que la Corte Suprema de Justicia dictó varios fallos.

Pero la situación puede todavía ser peor de lo que nos han dicho. No solo se corre el peligro de un rebote, de volver a frenar la economía y retornar a la cuarentena, sino que la afectación a una considerable cantidad de panameños puede ser aún mayor.

La población en edad productiva

Según los mismos datos suministrados por el Ministerio de Salud, el 60% de los pacientes que ocupan las salas de los hospitales contagiados por el virus están entre los 20 y 59 años y el 50% de los que ocupan las unidades de cuidados intensivos (UCI) están en ese mismo rango de edad. Recordemos que el 60% de las muertes ocurren fuera de las UCI.

Además, el 76% de los casi 11 mil contagiados hasta la fecha están entre esas edades y casi el 25% de los muertos. Y esto en cuarentena, cuando la mayoría de las personas decidieron cuidarse, sacrificarse y confinarse, enfrentando inimaginables carencias, penurias y todo tipo de traumas.

Se ha impuesto la “inmunidad del rebaño”, es decir, que la gente se contaminará pero desarrollará inmunidad, algo que la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) ha puesto en duda porque no hay evidencias científicas que eso será así, igual que ha dicho que no se sabe si pronto habrá vacuna contra el coronavirus e, incluso, no sabe si en el futuro se conseguirá.

La lógica de todo esto es confinar a los mayores de 60 años en sus casas que son los que más mueren hoy, pero con el riesgo de ser contagiados por sus familiares que deberán salir a trabajar. Ya se hacen listas de trabajadores en el sector público y privado que están cerca o arriba de los 60 años para despedirlos antes de su jubilación y otros para mandarlos a casa a sobrevivir con una jubilación miserable, es decir, sin los recursos esenciales para alimentarse adecuadamente ni para adquirir los medicamentos indispensables. Sino mueren por el virus, de todas formas morirán por otras causas.

La población más joven luego de la cuarentena

Pero cuando hablamos de panameños expuestos entre 20 y 59 años no hablamos de una población realmente sana. Por ejemplo, se calcula que la diabetes afecta a más de 200 mil panameños de distintas edades (5% de la población).

El 22 de mayo de 2018, “el Ministro de Salud Encargado, Dr. Eric Ulloa, dijo que esta enfermedad representa la quinta causa de muerte en el país; y que a través de los Censos de Salud Preventiva se ha encontrado que aproximadamente el 13% de personas mayores de 40 años sufren de diabetes”.
 
“El Dr. Ulloa sostuvo que alrededor del 9.5% de la población del país padece de diabetes, lo que significa que hoy día hay pacientes adolescentes, jóvenes entre 20 y 40 años de edad, que ya están desarrollando la enfermedad, cuando antes se veía hasta personas mayores de 50 a 60 años que desarrollaban la diabetes”. Centro de prensa del MINSA.

En cuanto a la obesidad el tema también es serio. El 21 de enero de 2019, el Programa de Sistemas de Información para la Resiliencia en Seguridad Alimentaria y Nutricional de la Región del SICA, publicó:  “Tanto las compañías aseguradoras como los bancos se han puesto un poco más exigentes con los clientes, sobre todo cuando pesan más de lo que debieran y se le añaden otras enfermedades como la hipertensión arterial. Las nuevas exigencias no solo aplican para la población mayor de 40 años, sino que ahora es indispensable entre los más jóvenes”.

Allí mismo se señalaba:

“Las enfermedades que más afectan a la población panameña son: la hipertensión arterial, diabetes mellitus y dislipidemia (trastornos de la grasa en la sangre), según el Ministerio de Salud de Panamá (Minsa)”.

“Estas enfermedades representan un desafío para los sistemas de salud de todo el mundo debido a que cada día afecta a más personas, y Panamá no escapa de esta realidad”.

“De acuerdo con los resultados del primer censo nacional de salud preventiva realizado en el territorio nacional entre 2015 y diciembre de 2018 se conoció que de un total de 921 mil 462 habitantes mayores de 40 años censados, un 43.92% están obesos o con sobrepeso. Mientras, el 38.47% sufre de dislipidemia y el 35.88% de hipertensión arterial”.

“La situación es preocupante, ya que de 921 mil 462 personas, un 66.3% están expuestas a sufrir de hipertensión arterial, diabetes mellitus, dislipidemia, obesidad o sobrepeso”.

La revista NEW Engkand Journal of Medicine analizó la experiencia en Wuhan, China, donde se dio a conocer por primera vez el coronavirus. Destacó que la mortalidad por Covid-19 está asociada en un 73.3% a otras enfermedades. En ese estudio de la revista se afirma que la media de edad afectada es de 47 años.

Lista de enfermedades más asociadas con muertes por coronavirus según un estudio del centro de control de enfermedades de China, de febrero de 2020:

Según los datos publicados en este estudio (el mayor realizado hasta la fecha) un total de 5 enfermedades se han asociado con una mayor tasa de letalidad. Además, entre los fallecidos, el 49 por ciento ya se habían diagnosticado como casos críticos.

Enfermedades cardiovasculares
Los pacientes con enfermedades cardiovasculares tuvieron una mortalidad del 10,5 por ciento. Es decir, que de los 873 casos registrados con enfermedades cardiovasculares, fallecieron 92  pacientes.

Diabetes
La diabetes representa la segunda comorbilidad asociada a los desenlaces fatales con coronavirus. Entre 1.102 pacientes, un total de 80 fallecieron, lo que representa una tasa de mortalidad del 7,3 por ciento.

EPOC
Los pacientes con enfermedades respiratorias crónicas también tienen un riesgo mayor de mortalidad. Según las cifras de China, entre los 511 pacientes diagnosticados con enfermedades respiratorias fallecieron 32, un 6,3 por ciento.

Hipertensión
Los pacientes que reportaron tener hipertensión también tuvieron una tasa de letalidad mayor, con un 6 por ciento. De los 2.683 casos reportados, fallecieron 161 personas.

Cáncer
Por último, la tasa de mortalidad entre los pacientes con cáncer fue de un 5,6 por ciento (107 pacientes, 6 fallecidos).

Algunas de estas enfermedades que antes estaban reservadas para personas de tercera edad, hoy afectan a la población más joven.

Se expone a la niñez

Nuestra niñez debe también preocuparnos. Hasta este momento, en cuarentena, menos del 10% de los panameños por debajo de los 20 años se contagian y solo el 1.07% mueren. Pero las cosas pueden cambiar dramáticamente al iniciarse las clases cuando casi 900 mil estudiantes comiencen a interactuar en escuelas carentes de equipos de bioseguridad y en condiciones de infraestructuras deplorables.

No se comenta mucho, pero Panamá es el cuarto país de América Latina con mayor desnutrición infantil, según el Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional 2018.  Al menos 68,000 niños panameños se encuentran en esta situación, de acuerdo con un informe de la FAO de ese año. Esa cifra representa el 19.1% de la población infantil panameña, una cifra solo por debajo de Guatemala, Ecuador y Honduras, sin contar a Haití. (La Estrella de Panamá, 18 de noviembre de 2018). En estos días, medios de comunicación informaban de la muerte de una niña por desnutrición en la comarca Ngäbe Buglé.

Hay otros tipo de enfermedades como las respiratorias que también afectan a muchos niños. Por ejemplo el sincitial, un virus que afecta las vías respiratorias. “Es una enfermedad cíclica que ocurre todos los años, aunque a partir de julio y hasta noviembre empiezan a presentarse cuadros de tipo respiratorio alto, aumentando los casos conforme pasa el tiempo', explicó el director del Hospital del Niño, Paul Gallardo”.

“Precisó que en los últimos tres años el virus se ha tornado más agresivo, lo cual ha provocado que se convierta en un problema serio de bronquitis o neumonía”. (Prensa Latina, 30 de agosto de 2019).

Otros factores que inciden

Hay otros factores de índole social que también inciden, igual o más que las enfermedades señaladas o combinadas con ellas, en una mayor ocurrencia de casos positivos y muertes una vez se levante la cuarentena.

Hablamos de la situación de pobreza y pobreza extrema que afecta a más del 40% de la población. El hambre, que antes de la pandemia atacaba a unos 400 mil panameños. La precaria salud pública. El creciente desempleo. La desigualdad social. La falta de agua potable en vastas comunidades. Las pésimas condiciones sanitarias. El no tener acceso a servicios de salud. La falta de una salud preventiva y comunitaria. La inseguridad, entre otros.

Todo esto son elementos que al parecer no han tomado en cuenta las autoridades, como tampoco el hecho de quiénes pueden transmitir:
 
1. Pacientes "sanos" sin síntomas (si no se hacen pruebas masivas estos andan por la calle transmitiendo).
2. Los "recuperados clínicos" pueden contagiar. Ya no se les hacen la segunda prueba y se les manda para sus casas con el riesgo de contagiar a familiares y vecinos.
3. Aún quedan dudas si los curados confirmados pueden transmitir. Hay indicios que sí.

Otro elemento destacado es la transmisibilidad propia del coronavirus ya que puede ser por cada caso entre 2.2 y 2.68, lo cual es alto.

No pasemos por alto que la mortalidad en Panamá por millón de habitantes, de la que jamás han hablado los “expertos” ni las autoridades locales, está entre los primeros 30 países, de más de 200 que han reportado casos de coronavirus, y cuarto en América Latina, luego de estar de primero durante varias semanas. Estamos solo detrás de Ecuador, Brasil y Perú. La OMS ha informado que el epicentro del coronavirus se mueve ahora hacia Suramérica.

Otro fenómeno que no podemos pasar por alto es el triste incremento de los suicidios entre marzo y mayo.  En marzo fueron 5, en abril 10 y en mayo 17. ¿Qué pasará ahora? Y el aumento de los femicidios y homicidios. En menos de 15 días del mes de mayo iban 32 homicidios. También ha crecido la ola delincuencial. Y la policía ha arrestado en las semanas del toque de queda a casi 40 mil panameños, en su mayoría personas que han salido a la calle en busca del sustento para sus familias. Esta cifra no tiene comparación con ningún otro período de nuestra historia, ni con la dictadura ni con la invasión.

No somos rebaño

En ese contexto, las autoridades decidieron mandar al pueblo al matadero, al “sálvese quién pueda”. Muchos angustiados por la situación económica en sus hogares y la negligencia y poca voluntad del Gobierno de darle la asistencia debida, aceptarán la situación de jugarse la vida a la ruleta rusa. No hay de otra, sino mueren de hambre.

Pero hay que tener claro que muchos no retornarán al trabajo. El desempleo y la pobreza aumentarán. Se vienen estallidos sociales para lo cual hay que prepararse.

Entramos a una etapa sumamente peligrosa. Con el pueblo inmovilizado y enfrentado a un virtual estado de sitio, la avaricia de la clase dominante y la irresponsabilidad de su gobierno pelele, se imponen… Por ahora.

Panamá, 23 de mayo de 2020.


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